Tengo que dar las gracias a un amigo asturiano que me trajo los ingredientes de su tierra para hacer esta rica receta, fue una sorpresa porque no me lo esperaba. La verdad es que se notan los buenos ingredientes, estaba riquisima.
INGREDIENTES:
500 gr de fabes de asturias
200 gr de panceta curada
2 chorizos asturianos
2 morcillas asturianas
agua
sal
pimentón
PREPARACIÓN:
Ponemos a remojo las fabes toda la noche, unas 12 horas. Por la mañana las escurrimos y las dejaremos apartadas hasta la hora de hacerlas.
Añadimos las alubias a una cazuela y las cubrimos de agua.
Cuando empiece a hervir añadimos los chorizos, las morcillas, la panceta y la sal.
Espumeamos durante unos minutos. Es decir, retiramos la espuma que
normalmente contiene impurezas y a la vez desgrasamos un poco el caldo.
Cuando lleve una hora de coción añadimos el pimentón.
Dejamos que se cocine lentamente a baja temperatura durante 2 horas. Le añadiremos agua fría para asustarlas (para que rompa el hervor y se cocinen perfectamente)
Probamos la fabada para ver si ya están tiernas y rectificamos de sal.
Una vez probadas y tiernas apartamos del fuego y dejamos reposar una
hora aproximadamente.
Yo la hice de un día para otro y estaba espectacular.
HISTORIA DE LA FABADA
El consumo de "fabes" se remonta en Asturias al siglo XVI, en el que
se sabe con certeza que se plantaba en el territorio y algunas de ellas
se consumían. La variedad que se emplea en la fabada es la que se
denomina "de la Granja", es una variedad suave y mantecosa apropiada
para este plato. El cultivo de esta variedad ocupa en Asturias cerca de
2500 hectáreas. La receta de la fabada revela un origen humilde pues los
ingredientes así lo muestran. Los estudiosos mencionan que pudo haber
nacido la fabada ya en el
siglo XVIII
aunque no hay evidencias que apoyen esta afirmación, hay que considerar
que a pesar de que las fabas son un ingrediente puramente rural, se
tiene la creencia de que la fabada nace en las ciudades. No existen referencias escritas literarias sobre las fabas en ninguna de las obras, una de las más conocidas:
La Regenta
no la menciona a pesar de hacer un descripción exhaustiva de las
costumbres de la región. Otros autores mencionan su parecido con la
cassoulet del Languedoc procedente de la
cocina francesa que podría haber llegado a España gracias al
camino de Santiago vía la ruta
francesa en la época de la
Edad Media.
La primera referencia escrita a la fabada aparece en el diario asturiano de
Gijón El Comercio en 1884; a pesar de ello no menciona la receta. Las apariciones posteriores en la literatura culinaria asturiana relacionan el plato con el
pote asturiano, autores como
Armando Palacio Valdés al describir las características de los pastores asturianos en su obra "Sinfonía Pastoral" (1931) no menciona el plato. Según la investigación de diferentes expertos la fabada nace en un periodo no determinado entre el siglo XIX y XX. Algunos autores se inclinan más por el
siglo XX. Hoy en día es sin embargo ya un plato conocido, no sólo en
Asturias sino que en todo el territorio español. Aparecen recetas en la literatura de comienzo de siglo.
Los emigrantes asturianos por el mundo dieron cuenta de este plato
allí por donde fueron, de esta forma hay en algunos sitios variantes de
este plato como en las áreas cercanas a la ciudad estadounidense de
Tampa.